La cantante arribó, después de varias justificaciones por supuestos problemas de salud, a primera hora para evitar a los medios de comunicación e ingresó por el estacionamiento.
La Junta de Conciliación otorgó todas las facilidades para que Belinda permaneciera lejos del alcance de los medios de comunicación, incluso las dos audiencias se desahogaron en el tercer piso, en la oficina de la Presidencia, y no en la Junta local número 15, donde se ventilan los procesos laborales, situación que molestó a uno de los abogados.
"Quiero que quede claro que Belinda no se encontraba en el local de esta Junta y que la Junta emitió un acuerdo donde decía que la audiencia se debía realizar en este lugar. Quiero que sepa el público en general que a Belinda la tienen en presidencia sentadita y tomando agua", afirmó Germán Larrinaga.
El defensor de los ex trabajadores trató de permitir el acceso de la prensa a las audiencias, bajo el argumento de que son públicas. La seguridad de la Junta local cerró las puertas a las oficinas administrativas, donde estaba la cantante y se denunció que Belinda recibía privilegios.
"Las audiencias son públicas, claro que son públicas, yo soy apoderado de los trabajadores", dijo Larrinaga.
Trascendió que la madre de la cantante, Belinda Schull, solicitó a las autoridades que su hija respondiera los dos extensos interrogatorios a puerta cerrada, petición que fue concedida bajo el argumento de no generar tumultos, ni entorpecer el trabajo de las juntas.
"Esto fue creado para defender a los trabajadores de las malas artes de los patrones, pero como vemos la junta se inclina completamente a favor del capital, del dinero, aquí soltaron lana nada más porque no lo pude ver, pero estoy plenamente seguro de eso", concluyó.
La primer audiencia duró cerca de cuatro horas. En la segunda la joven respondió a poco más de 600 preguntas.
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