miércoles, 17 de diciembre de 2008

Confirmada visita de Backstreeboys

Para engrosar el ya de por si abultado cartel de figuras internacionales que, prácticamente, “invadirá” nuestro país durante el primer trimestre del 2009, ahora se anuncia el concierto único de “Backstreetboys”, cuya actuación se llevará a cabo el día 27 de febrero en el Estacionamiento del Centro Ciudad Comercial Tamanaco, del este de Caracas.
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La banda norteamericana, que a pesar de no gozar de la misma popularidad que a finales de los años 80 la mantuvo en la cresta de la ola, sigue teniendo miles de adeptos en nuestro continente, incluyó a Venezuela en su tour “Unbreakable”, con el cual recorrerán numerosos países de habla hispana. “Unbreakable” también es el título de su reciente disco, el sexto de su trayectoria artística en el cual mezclan varios estilos musicales, combinando el sonido que identificaba al grupo en los 90 con un pop rock lleno de guitarras.
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De este CD se extrae el tema “Inconsolable”, lanzado a la promoción. “Backstreetboys” fue fundado el 20 de abril de 1993 para redefinir el panorama de la música moderna en todo el mundo. Sus miembros iniciales fueron: Nick Carter, Howie Dorough, A. J. Maleán. Luego se sumaron Brian Littrell y Kevin Richardson, quien emigró de la banda el 26 de junio del 2006. Puede decirse que Los Backstreet Boys son los mayores boyband en actividad en el mundo, ya que han vendido más de 100 millones de discos. Actualmente llevan quince años de carrera e influyeron en el surgimiento de bandas como *NSYNC y Westlife.
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El grupo nos visitó, por primera vez, hace siete años cuando estaba en pleno apogeo. Aún se recuerda el tremendo revuelo que causó su presentación en el estacionamiento del Poliedro de Caracas el 12 y 13 de mayo del 2001. La empresa de espectáculos Profit Producciones que los trae de vuelta a nuestros escenarios confirmó esta nueva actuación en nuestra ciudad capital.
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Fuente: Meridiano

lunes, 1 de diciembre de 2008

Queen volvió a reinar

Lugar: Buenos Aires (Estadio Vélez Sarsfield)
Fecha: 21 de noviembre de 2008.
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Había una infinidad de dudas en el aire. La previa del súper anunciado regreso a Buenos Aires de Queen, ahora en su formato ‘Queen + Paul Rodgers’, estuvo marcada por una mezcla de sensaciones: la vacilación de muchos, la indiferencia de otros, el fervor de los más fanáticos y la nostalgia de todos.Sin dudas, había demasiadas diferencias en esta nueva propuesta, desde que la gran banda británica había pisado suelo argentino por última vez. En aquel entonces era 1981, y este país todavía permanecía bajo el dominio del régimen militar. En ese contexto, y mientras afuera del estadio un arsenal de uniformados custodiaban "la seguridad" general, adentro un siempre histriónico y magnánimo Freddie Mercury meneaba su cadera en el escenario, enfundada en esos inolvidables shorts blancos, tan ajustados, tan liberadores para las miles de almas de ese público argentino aún desacostumbrado a las grandes visitas del rock internacional.
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Veintisiete años después, y aún con dos enormes e irremplazables ausencias en la formación (no sólo falta Freddie sino también el bajo de John Deacon, quien se negó a formar parte de este Queen modelo siglo XXI), en ese mismo estadio volvieron a sonar aquellas mismas canciones. El efecto fue casi tan emotivo y grandioso como el logrado en los años 80, y después de las más dos horas de un show tan elegante como intenso, todas esas dudas iniciales (que en buena medida recaían en la figura del nuevo cantante, el ex Bad Company Paul Rodgers) se habían disipado. El saludo en castellano de Brian May, a esos ‘viejos y nuevos amigos’ de la banda, lo dijo todo. Entre la concurrencia había un interesante surtido de edades, reflejo de aquellos fans de la primera época y de muchos seguidores más actuales.
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Los relojes marcaban las 22 horas cuando la pantalla ubicada como telón de fondo comenzó a dibujar un colorido diagrama del universo, acompañado desde los sonidos por la introducción de “Cosmos Rockin”, el tema que bautiza el nuevo disco de esta formación.Ese fue el preludio para “Hammer to Fall”, que inauguró un set potente y evocador del pasado, siempre con el buen gusto como el mejor antídoto contra cualquier potencial golpe bajo.
Uno a uno, y matizados con varios de los tracks de reciente creación (“C-lebrity”, “Surf’s Up... School’s Out!”, “We Believe”) los mega hits van asomando en la noche y el público ruge, canta, baila y, como puede, seca las lágrimas de sus ojos. “Fat Bottomed Girl”, “Another One Bites the Dust” y “I Want to Break Free” suenan como huellas claras de ese Mercury ausente-presente en este show. También de esa apasionante banda que encarnó como ninguna otra los estrafalarios excesos de los años 70 y comienzos de los 80, ese espíritu libre, floreciente y extravagante. Pero estamos en 2008 ahora, y es Rodgers quien está al frente de los micrófonos, secundado por los consabidos coros y comentarios de May. “Les traigo saludos de Freddie”, dice el guitarrista de los rizos enardecidos, y acto seguido en la pantalla aparece Mercury, el único –afortunadamente- que todavía puede “Love of My Life” y emocionar a miles.
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Después de eso, todo estaba en orden. Los clásicos (“A Kind of Magic”, “Show Must Go On”, “Under Pressure”, “I’m in Love with My Car”, “Radio Ga-Ga”) siguieron ondeando en el aire, Rodgers había complido más que dignamente con su trabajo vocal y Danny Miranda había llevado con precisión su tarea en el bajo. En tanto la dupla veterana del grupo, encarnada por May y Roger Taylor, se llevaba los guiños, el cariño y la complicidad del público.
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El final llegaba con la grandeza de Mercury otra vez sonando en el estadio, esta vez para entonar desde el recuerdo las estrofas de “Bohemian Rhapsody”, y el cierre definitivo con “We Will Rock You” y una elocuente versión de la siempre efectiva “We Are the Champions” –con May enfundado en la camiseta argentina de la selección con el nombre ‘Diego Maradona’ en su espalda. Un gran concierto para una gran banda.
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Fuente: Eluniversal