La plaza de toros de Las Ventas de Madrid ha sido testigo esta noche de la celebración de los 30 años dedicados a la música del cantante Miguel Bosé, quien ofreció al público un espectáculo lleno de energía en el comienzo de la nueva gira de su último disco "Papito".
Vestido de riguroso negro, Bosé inauguró el espectáculo con su éxito "Amante Bandido". Tan sólo unos segundos después de comenzar la canción, hacía su aparición la cantante española Alaska, para sorpresa del público, que aplaudió con entusiasmo la colaboración.
Con un "¡Buenas noches, Madrid! ¡De vuelta en casa!", el artista comenzaba una velada en la que sus temas más conocidos se sucedían uno tras otro. Desde "Sevilla", en la que Bosé recogió un abanico arrojado al escenario y lo incluyó de forma improvisada en su coreografía, hasta "Los chicos no lloran", "Nena" o "Superman".
Tampoco faltó "Linda", una de las canciones con las que Miguel Bosé comenzó su carrera musical y en la que el público, que completó el aforo de Las Ventas, se entregó por completo conmemorando las tres décadas de trabajo del artista.
La temperatura de la plaza de toros comenzó a subir de forma considerable con el tema "Morenamía" y los contoneos de cadera de Bosé, que interpretó este tema junto al cantante colombiano Cabas.
El público apenas había podido recuperarse de este momento cuando hacía su aparición en el escenario la modelo, diseñadora y cantante Bimba Bosé, sobrina del artista, con la que interpretó "Como un lobo" haciendo saltar chispas entre los asistentes.
Poco después, el cantante relajaba al ruedo con "Nada particular", un tema más tranquilo que provocó una marea de brazos en alto acompañando a la melodía.Una pequeña pausa y la desaparición del cantante y los músicos fue suficiente para que silbidos y gritos pidiendo más canciones llenaran la plaza. Apenas unos minutos después aparecía Miguel Bosé, esta vez con camisa blanca y con un repertorio más pausado: "No hay un corazón", "Olvídame", "Hacer por hacer" o "Nena" fueron coreadas por todo el público, compuesto por hombres y mujeres de todas las edades.
Tras acceder a la demanda de los asistentes con una sonrisa, el cantante saludó como un torero a la plaza y empezó a entonar el que fue el último tema de una noche que terminaba con un largo aplauso a todos los artistas, que subieron al escenario para despedirse de Madrid.
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