miércoles, 19 de mayo de 2010

Aerosmith se debate entre el amor y el odio de los fans

El recital duró menos tiempo de lo que había prometido la banda de Boston.

Opiniones divididas. Esa fue quizás el mayor legado que dejó la primera presentación de la banda Aerosmith en el país. Severos problemas con el sonido, dificultades para tener acceso al recinto, corrupción en los puntos de entrada y una criticada distribución de la tarima, se sumaron a la satisfacción que sintieron los seguidores de "los chicos malos de Boston" al ver finalmente a la banda presentarse en el patio. La agrupación como tal fue reconocida por el público por su talento y calidad musical, sin embargo, los organizadores del recital -Solid Show- no corrieron con la misma suerte.
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Muchos coinciden en que la puntualidad de la cita fue un punto a favor, pero que se vio empañado por los problemas con el audio que los asistentes que se encontraban en el área "general" resintieron desde que Steven Tyler tomara el escenario junto a sus cuatro compañeros. La creciente molestia se puso de manifiesto en los breves espacios entre canción y canción, durante los cuales el público gritaba a voz en cuello "¡Sonido, sonido!". El repertorio elegido -que repasó los grandes éxitos de la dilatada trayectoria de la banda- también generó descontento. La promesa que hicieran los artistas del rock de cantar tres horas se vio incumplida y fue en apenas 120 minutos que debieron condensarse los temas de la noche. Siendo la primera visita de la banda al país, se había anunciado ya que la lista de canciones sería distinta a la de otras plazas, pero aún así, emblemáticas melodías como Jaded, Walk this way y Toys in the attic fueron olvidadas al momento de darle vida a la música sobre el escenario caraqueño.
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Lo cierto es que Aerosmith se concentró en la música. No fue un show de un gran despliegue de efectos. Las pantallas colocadas en la tarima combinaron imágenes de video preparadas para la gira con tomas en vivo del espectáculo, eso sí, con un leve problema de sincronización entre imagen y audio. Steven Tyler se dirigió en pocas oportunidades al público, pero hasta habló en español para saludar. Ya en inglés, consultó sobre cuáles canciones querían escuchar. Juntos, como una peña, Tyler, Perry, Whitford, Hamilton y Kramer, demostraron que 40 años de historia musical sólo pueden redundar en una plena comodidad sobre el escenario, donde la confianza entre los artistas se nota y les permite brillar tanto juntos como individualmente. Una chica en muletas comentó "me hubiera gustado que hubiese una zona para personas con discapacidades, pero aún así no me lo perdí". Queda allí una sugerencia para el futuro.
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Fuente: Eluniversal.com

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