miércoles, 11 de julio de 2012

Proyecto de Alma Llanera Semillero de grandes artistas en Guarico


Las carreteras del estado Guárico se abren al compás de su gentilicio, pues el aire llanero, los caballos, el horizonte omnipresente y hasta los numerosos kioscos que exhiben quesos, pescado salado, salsas y la emblemática carne de chigüire se funden con el paisaje e invitan al visitante a adentrarse en una travesía tan regia como inolvidable.
En el sur de esas llanuras, específicamente en el municipio San Jerónimo del Guayabal, en la parroquia del mismo nombre, se encuentra otro de los núcleos del proyecto Alma Llanera, el cual forma parte de la red de trabajo orquestal juvenil de música tradicional que impulsa el Sistema de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, conocido como El Sistema, el cual se ha adentrado en el corazón de la región para formar a las nuevas promesas de la música criolla.
Ataviados con sus trajes de gala los jóvenes que integran el núcleo dieron una muestra de sus conocimientos musicales, que exhiben con orgullo, esmero y profesionalismo. Desde los más pequeños hasta los más crecidos recibieron ovaciones por parte de sus profesores, amigos y representantes, quienes emocionados aupaban a los pequeños músicos mientras ejecutaban lo mejor del repertorio de las tonadas llaneras.
Una joven lleva la batuta, cuya cara seria contrastaba con su carisma a flor de piel, dirige a los jóvenes en sus interpretaciones. Una vez finalizado el recital agradeció a la asistencia y abrazó a sus pupilos, pues, con tan solo 23 años de edad, María José Piñate es la directora musical del núcleo que desde 2010 imparte clases de instrumentos tradicionales a más de 130 niños.
"Esta iniciativa nació con la ayuda de los maestros y cultores que se integraron a la orquesta. Fuimos a las escuelas, a las radios y así conformamos esta orquesta. Nos emociona el gran impacto que ha surgido porque aquí nunca había existido un proyecto de este tipo, mucho menos una disciplina de estudios musicales", comentó Piñate.
Luego de su formación en diversos centros de enseñanza musical, María José reflexiona sobre la importancia de incentivar a los jóvenes el amor por la música. Al relatar su dinámica dentro del núcleo se conmovió y con voz entrecortada expresó: "esto es lo más grande que me ha pasado en la vida porque estos muchachos son impresionantes".
Esta visión la comparte la profesora de Canto Coral del núcleo de El Guayabal, Ana María Villegas, quien agregó que el trabajo ha sido sostenido y sin ningún tipo de manual de preparación, pues la dinámica se ha basado en los requerimientos de cada uno de los jóvenes que forma parte de El Sistema.
"Para mí ha sido muy satisfactorio el trabajo porque nunca pensé estar dentro de El Sistema. No me siento orgullosa por lo que hago, sino por lo que puedo lograr que ellos hagan. Todos los días llego y le canto a mis niños de 5 y 6 años y les pregunto: "Mis niños, ¿qué son ustedes?". Y ellos me contestan: "¡Grandes artistas!"
Muchos son los padres que también asisten a apoyar a sus pequeños como la señora Angélica, quien orgullosa destaca los logros de Jesús Fonseca, su hijo de 10 años, que sin conocimientos previos se ha destacado como uno de los cuatristas más talentosos del núcleo.
"Yo visualizo a Jesús como un gran profesional con su carrera universitaria, también como un gran músico. Estoy contenta porque estos niños se apartan del vicio de la televisión, entre otros. Ellos están creciendo con responsabilidad y eso los ayudará en su futuro", expresó.
Música como forjadora de futuro
El camino que separa El Guayabal de la ciudad de Calabozo alberga dos módulos importantes de la red del núcleo del proyecto Alma Llanera como lo son los sectores de Uverito y La Negra, este último reconocido por la fama de sus casabes, los cuales ostentan el título de ser los mejores del país.
Allí los jóvenes complementan sus jornadas cotidianas con las clases de música que imparte el profesor Pedro Galindo, quien relata que después de tener una baja participación de jóvenes actualmente cuentan con una matrícula de más de 60 nuevos músicos que se han adherido a las actividades instrumentales de El Sistema.
"Empezamos con un cuatro y una mandolina. Poco a poco hemos ido desarrollando la dinámica hasta que los muchachos se fueron entusiasmando tanto que estamos esperando por más instrumentos para que sigan llegando más niños al módulo. Eso nos llena de alegría y optimismo porque sabemos que no es fácil, pero cuando uno, los niños y los padres quieren se logran todas metas", comentó.
De ese grupo de talentos surgió Joel Ribas, niño de 13 años que en varias oportunidades se ha alzado con premios de festivales colombianos por sus ejecuciones con el arpa, reconocimientos que a su padre, Edilio Ribas, lo embargan de emoción.
"En la casa ninguno ha tocada ningún instrumento. Él llegó un día y me dijo que iba a meterse en la música. Yo le dije que aprendiera cuatro, pero él quería arpa. Después empezó a ganar premios y eso alegra mucho porque uno ha visto el progreso del muchacho. Mi sueño es verlo llegar lejos", relató.
Una de las experiencias más representativas del proyecto Alma Llanera fue la inclusión de los estudiantes de la escuela del poblado El Soroco, ubicada muy cerca del vertedero de basura de Calabozo; es descrito por los profesores de El Sistema como un lugar hóstil que con la enseñanza musical ha arrojado resultados satisfactorios en la población más joven.
El director del proyecto Alma Llanera en Calabozo, Miguel Aguirre, afirmó: "nos hemos involucrado con el día a día y en conocer la situación de esa forma de vivir. A raíz de eso hemos experimentado un cambio significativo, la asistencia se hizo mucho más regular, los muchachos se han involucrado con los instrumentos. Tengo a varios jóvenes que se han destacado y que los propondré en un futuro como 'monitores', que son los jóvenes más destacados de El Sistema que luego de aprender sobre música imparten clases a sus compañeros".
El proyecto imparte las cátedras sinfónicas, así como de mandolina, cuatro, bandola, arpa y maraca a un grueso importante de estudiantes de primaria y secundaria. 
La aplicación del programa Alma Llanera ha impulsado el crecimiento de los jóvenes de la región guariqueña con la implementación de nuevas dinámicas musicales que les permitirán seguir formándose como las promesas artísticas que mañana elevarán el tricolor patrio a punta de arpa, cuatro y maraca.

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