En la tarima uno comenzó la fiesta desde tempranas horas de la mañana. El acceso de la multitud a la base aérea de La Carlota fue musicalizado por el Dj Óscar Leal. Más de 120 mil personas asistieron a la convocatoria, según Santiago Otero, presidente de Evenpro, empresa organizadora del evento.
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El primer concierto de la jornada denominada, Mundo Verde, inició a las 10:30 a.m. con Voz Véis, que fue presentado por Camila Canabal. El grupo abrió con el tema Un pedacito de tu querer, al que siguieron otros como Cosita Rica, Yo sin ti no valgo nada, La niña de mis ojos y El farolito, para completar un concierto acerca de una hora. En la tarima dos estaban programadas las bandas venezolanos Telegrama, Los Mesoneros, Negust Nagas, Wahala y Viniloversus.
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De extremo a extremo del escenario, se lanzaban personas deslizadas por una guaya, incluida una lluvia de botellitas plásticas y latas de aluminio lanzadas por los que estaban abajo. Si bien la idea del evento era fomentar una sensibilidad ambientalista, la grama de la base aérea lucía llena de material no biodegradable y otros desechos. De allí que los presentadores y los artistas, ya en horas de la tarde, pidieron a la gente que no ensuciara el lugar. Luego, Pastor Oviedo y Camila dieron la bienvenida al próximo artista: Hany Kauam, quien subió al escenario escoltado por dos parejas de baile para abrir su concierto con un movido tema con sabor latino. Kauam, con sus acostumbrados lentes oscuros y cabeza rapada, se entregó por completo, se veía feliz de volver a un ambiente que lo llena absolutamente. Tras el percance legal con su manager y la prohibición de cantar en Venezuela, se reencontró con un público que coreó eufórico sus temas. Durante toda la jornada, camiones cisterna suministraban el agua que era rociada sobre las miles de almas agolpadas frente al escenario. Y el personal de la productora lanzaba pequeñas bolsitas plásticas tubulares con el vital líquido.
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Álex Ubago llegó con su banda a colmar todos los espacios de La Carlota con temas como Amarrado a ti, Qué pides tú y Me muero por conocerte, así como temas de su nuevo disco, Calle ilusión. Después de Ubago, y luego de un breve receso, Camila comenzó a animar al público y calentarle los ánimos: cuando el puertorriqueño Tito el Bambino apareció en escena, se duplicaron las desmayadas, quién sabe si por el calor o por la pasión del reggaetonero. No hubo tema que no fuera coreado y hasta bailado, entre el apretujamiento obligado. Luego de su actuación, en la que incluyó un paseo cerca del público, dio gracias a Dios y a su madrina Olga Tañón, quien lo sucedió en el escenario.
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Con el sol de frente, Tañón, detrás de los músicos, se persignó, bajó la cabeza, volvió a santiguarse y lanzó un beso al cielo. A los minutos, toda su energía se desbordó sobre el escenario, y por supuesto sus más queridos temas: Así es la vida, Cómo olvidar, Es mentiroso; su ahijado Tito se arrimó junto a ella y juntos aprovecharon para bromear sobre sus bajas estaturas. Justo a las 6:00 p.m. cayó un chaparrón y con la lluvia la Tañón culminó su canción y dejó el escenario. Pero el público no dejó sus puestos: los que pudieron alzaron sus paraguas, y esperaron con paciencia que amainara la tempestad.
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Para las 7:00 p.m. -hora en la que se estipulaba la culminación del concierto- apareció Franco de Vita, luego de que la gente, algo agotada, gritara "¡abusadores, abusadores!", para reclamar que el cantante no hubiera aparecido más temprano. Sin embargo, de Vita no decepcionó a su público. A pesar de que su voz ha disminuido en potencia, a lo que el sonido tampoco ayudó (el saxo en Luis no hizo un solo sino un "sordo"), la energía de los fans no cedió y se reavivó. Más aún cuando al final hizo su aparición Roque Valero para compartir su actuación.
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Fuente: Eluniversal.com
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