Con energía, magnetismo y un carisma único, el director venezolano Gustavo Dudamel y la Orquesta Sinfónica Juvenil Simón Bolívar, cautivaron al "selecto" público congregado la noche del miércoles en el Teatro Municipal de Santiago de Chile.
En una velada que se presumía "memorable", Dudamel, emblema del afamado sistema venezolano de orquestas juveniles e infantiles, demostró ese "algo especial" que lo distingue, al capitanear una impecable interpretación de la siempre compleja Séptima sinfonía de Mahler.
Ante un público distinguido, que incluyó al ex presidente chileno Ricardo Lagos y al ministro de Educación, Luciano Cruz-Coke, los más de cien músicos de la orquesta Simón Bolívar recorrieron, con rotundidad y equilibrio, la "montaña" de la Sinfonía Nº 7 en Mi menor de Gustav Mahler.
"El Sistema" cuenta hoy con una red de orquestas que reúne a más de 300.000 jóvenes en más de 180 núcleos distribuidos por todo el territorio venezolano. Todo un sueño hecho realidad que todos los países se afanan en imitar y por el que Chile ya trabaja.
Pero el símbolo más popular del sistema es, sin duda, Dudamel. Un joven talentoso y comprometido que a los treinta años ya ha dirigido filarmónicas como las de Viena, Berlín, Los Ángeles y Gotemburgo.
Fuente: El Carabobeño.
En una velada que se presumía "memorable", Dudamel, emblema del afamado sistema venezolano de orquestas juveniles e infantiles, demostró ese "algo especial" que lo distingue, al capitanear una impecable interpretación de la siempre compleja Séptima sinfonía de Mahler.
Ante un público distinguido, que incluyó al ex presidente chileno Ricardo Lagos y al ministro de Educación, Luciano Cruz-Coke, los más de cien músicos de la orquesta Simón Bolívar recorrieron, con rotundidad y equilibrio, la "montaña" de la Sinfonía Nº 7 en Mi menor de Gustav Mahler.
"El Sistema" cuenta hoy con una red de orquestas que reúne a más de 300.000 jóvenes en más de 180 núcleos distribuidos por todo el territorio venezolano. Todo un sueño hecho realidad que todos los países se afanan en imitar y por el que Chile ya trabaja.
Pero el símbolo más popular del sistema es, sin duda, Dudamel. Un joven talentoso y comprometido que a los treinta años ya ha dirigido filarmónicas como las de Viena, Berlín, Los Ángeles y Gotemburgo.
Fuente: El Carabobeño.
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